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Cómo afrontar los síntomas de la EM: Estrategias para gestionar el bienestar

I. Introducción

Vivir con una enfermedad crónica como la esclerosis múltiple (EM) plantea una serie de retos únicos.


Desde el control de los síntomas hasta el mantenimiento del bienestar general, el camino puede ser exigente tanto física como emocionalmente. Sin embargo, en medio de estos desafíos, existen estrategias y técnicas que los guerreros de la EM podemos emplear para mejorar nuestra calidad de vida y afrontar los síntomas de forma eficaz.


En esta completa guía, exploraremos diversos enfoques para gestionar el bienestar físico frente a la EM, que abarcan desde la adherencia a la medicación hasta técnicas de reducción del estrés.

Traducción realizada con la versión gratuita del traductor DeepL.com


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II. Cómo hacer frente a los síntomas

Vivir con una enfermedad crónica como la esclerosis múltiple a menudo requiere que las personas naveguen por un complejo panorama de síntomas y desafíos.


Desde la fatiga y el dolor hasta el deterioro cognitivo y los problemas de movilidad, el impacto de la EM puede ser de gran alcance.


Sin embargo, es esencial reconocer que, aunque la EM puede presentar obstáculos, también hay oportunidades de crecimiento y resiliencia.


Entender el impacto de los síntomas

Los síntomas de la EM pueden variar mucho de una persona a otra, y sus efectos en la vida cotidiana pueden ser importantes.


La fatiga, uno de los síntomas más comunes de la EM, puede hacer que incluso las tareas más sencillas resulten agotadoras.


Los síntomas cognitivos, como la dificultad para concentrarse o recordar, pueden afectar al trabajo y a las interacciones sociales. Los problemas de movilidad, como la debilidad y los problemas de equilibrio, pueden afectar a la capacidad para realizar las actividades cotidianas.


A pesar de estos retos, es crucial reconocer la importancia de gestionar los síntomas de forma eficaz. Si abordamos los síntomas de forma proactiva, podemos mejorar nuestra calidad de vida y mantener una sensación de independencia y autonomía.


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III. Enfoque holístico de la superación

Cuando se trata de controlar los síntomas, es fundamental adoptar un enfoque holístico

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Esto significa abordar no sólo los síntomas físicos, sino también los aspectos emocionales y mentales de vivir con EM. Las estrategias de salud holística se centran en tratar a la persona en su totalidad, reconociendo la interconexión del bienestar físico, emocional y mental.


Para quienes padecemos EM, esto puede implicar la incorporación a nuestra rutina diaria de prácticas como la meditación de atención plena, el yoga, el tai chi o cualquier otra forma de práctica deportiva/atlética.


Estas prácticas pueden ayudar a reducir el estrés, mejorar el estado de ánimo y aumentar el bienestar general.


Además, buscar el apoyo de profesionales de la salud mental o unirse a grupos de apoyo puede proporcionar un valioso apoyo emocional y orientación.


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IV. Crear un entorno positivo

Crear un sistema de apoyo sólido es esencial para afrontar con eficacia los retos de la EM.


Este sistema de apoyo puede incluir a familiares, amigos, profesionales de la salud y otras personas que comprendan los retos únicos que supone vivir con EM.


Cultivar estas relaciones puede proporcionar apoyo emocional, ayuda práctica y un sentimiento de comunidad.


Para nosotros, los guerreros de la EM, es importante comunicarse abiertamente con nuestra red de apoyo acerca de nuestras necesidades y desafíos.


Esto puede ayudar a garantizar que recibimos el apoyo y la asistencia necesarios para gestionar los síntomas de forma eficaz.


V. Medicación y cumplimiento del tratamiento

Cumplir los planes de tratamiento prescritos es esencial para mantener una salud y un bienestar óptimos.


Esto puede implicar tomar los medicamentos según lo prescrito, acudir a las citas periódicas con los profesionales sanitarios y seguir las modificaciones del estilo de vida recomendadas.


Además de la medicación, otros tratamientos como la fisioterapia, la terapia ocupacional y la logopedia también pueden ser beneficiosos para controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida.


Dieta and Nutrición

Una dieta equilibrada es esencial para la salud y el bienestar general, especialmente para los que padecemos EM.


Ciertos patrones dietéticos, como la dieta mediterránea, han demostrado tener beneficios potenciales para nosotros. Estas dietas son ricas en frutas, verduras, cereales integrales, proteínas magras y grasas saludables, y pueden ayudar a reducir la inflamación y mejorar los síntomas.


También se han estudiado nutrientes específicos, como la vitamina D y los ácidos grasos omega-3, por sus posibles beneficios en el control de los síntomas de la EM.


La incorporación de alimentos ricos en estos nutrientes, como los pescados grasos, los frutos secos, las semillas y los productos lácteos enriquecidos, puede ayudar a mejorar la salud y el bienestar general.


Ejercicio y actividad física

El ejercicio regular y la actividad física pueden desempeñar un papel importante en el control de los síntomas y la mejora de la calidad de vida general de las personas con EM.


Se ha demostrado que el ejercicio tiene numerosos beneficios, como la mejora de la fuerza, la flexibilidad, el equilibrio y el estado de ánimo.


También puede ayudar a reducir la fatiga y mejorar la función cognitiva. Es esencial que encontremos actividades que les gusten y que sean apropiadas para su nivel de capacidad.


Esto puede incluir actividades como caminar, nadar, montar en bicicleta o hacer yoga (aunque en mi caso, el deporte de elección fue el culturismo).


Trabajar con un fisioterapeuta o un profesional del fitness certificado también puede ayudar a desarrollar un programa de ejercicios seguro y eficaz adaptado a nuestras necesidades y objetivos específicos.


Administración del descanso

Un sueño de calidad es esencial para la salud y el bienestar general, pero muchas personas con EM sufren trastornos del sueño como insomnio o apnea del sueño.


Dormir mal puede exacerbar síntomas como la fatiga, el deterioro cognitivo y los trastornos del estado de ánimo, por lo que es crucial abordar los problemas del sueño de forma proactiva.


Practicar una buena higiene del sueño puede ayudar a mejorar la calidad del sueño y promover un sueño reparador.


Esto puede incluir el mantenimiento de un horario de sueño constante, la creación de una rutina relajante a la hora de acostarse y la garantía de un entorno de sueño confortable.


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VI. Reducción del estrés y técnicas de relajación

El estrés es un desencadenante habitual de los síntomas de la EM y puede exacerbar síntomas ya existentes como la fatiga, el dolor y el deterioro cognitivo. Por lo tanto, encontrar formas eficaces de controlar el estrés es esencial para nosotros, los guerreros de la EM.


Las técnicas de relajación como la respiración profunda, la relajación muscular progresiva y las imágenes guiadas pueden ayudar a reducir el estrés y promover una sensación de calma y relajación.


Además de las técnicas de relajación, también pueden ser beneficiosas otras estrategias de gestión del estrés, como la meditación consciente y la escritura de un diario. Es esencial que las personas con EM experimenten con distintas técnicas para encontrar la que mejor les funciona e incorporen estas prácticas a su rutina diaria.


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VII. Estrategias para el tratamiento del dolor

El dolor crónico es un síntoma frecuente de la EM y puede afectar significativamente a la calidad de vida.


Afortunadamente, existen varios enfoques para tratar el dolor que pueden ayudarnos a encontrar alivio y mejorar su bienestar general. Estos enfoques pueden incluir intervenciones farmacológicas y no farmacológicas.


Además de la medicación, las técnicas no farmacológicas de tratamiento del dolor, como la fisioterapia, la acupuntura, la masoterapia y las técnicas de relajación, también pueden ser beneficiosas para controlar el dolor y mejorar la calidad de vida.


La fatiga es uno de los síntomas más comunes de la EM y puede afectar significativamente al funcionamiento diario y a la calidad de vida.


Por lo tanto, la gestión de los niveles de energía es esencial para nosotros, los guerreros de la EM.


Las técnicas de conservación de la energía implican marcarse un ritmo, priorizar las actividades y utilizar estrategias de ahorro de energía para minimizar la fatiga y maximizar la productividad.


Algunas técnicas de conservación de la energía que pueden resultar útiles para las personas con EM son las siguientes

- Planificar y priorizar las tareas

- Utilizar dispositivos de ayuda

- Hacer pausas con regularidad

- Practicar una buena postura y mecánica corporal

- Escuchar al cuerpo


Prestar atención a los signos de fatiga y marcarse un ritmo adecuado puede ayudar a prevenir el sobreesfuerzo y a conservar la energía, y la incorporación de estas técnicas de conservación de la energía a la vida diaria puede ayudarle a controlar sus síntomas de forma más eficaz y a mantener su bienestar general.


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Conclusión

Vivir con EM presenta retos únicos, pero es esencial recordar que existen estrategias y técnicas disponibles para ayudar a controlar los síntomas y mantener el bienestar físico.


Si adoptamos un enfoque holístico para hacer frente a la enfermedad, podemos abordar los aspectos físicos, emocionales y mentales de vivir con EM. Desde la adherencia a la medicación hasta las técnicas de reducción del estrés, cada aspecto del control de los síntomas desempeña un papel crucial en la mejora de la calidad de vida y la promoción del bienestar general.


Aunque puede haber contratiempos en el camino, es importante seguir siendo resistente y proactivo en el control de los síntomas.


En última instancia, al adoptar una mentalidad positiva y utilizar las estrategias de afrontamiento descritas en este artículo, podemos descubrir oportunidades inesperadas de crecimiento, resiliencia y empoderamiento en el camino hacia el bienestar físico.

 
 
 

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